GENTE QUE NOS REFUTA
Hay algunas personas que han pensado que nuestra sensibilidad, nuestro gusto personal, estaba equivocado.
Nosotros les decimos que los disculpamos, no les guardamos rencor. Por el contrario, los invitamos a pasar, a hacerse amigos.
C.#60
"que pelotudez eso del Pri …
es como ir a ver Opera y salir comentando si estabas justo sentado debajo de la araña con luces del techo….. a quien le importa eso???"

jueves, 14 de abril de 2011

El Cura y Pancho - (Ada Baret)

Y ahí esta el cura, con su bata de terciopelo carmesí arrodillado frente al superpancho, pensando, pensando…… “Que hermosos eran los días en donde todos compartían, que días aquellos que todos juntos aclamaban a Cauthtémoc Blanco, gran goleador.  Días en que todos confiaban en todos, sin miradas cautelosas, peligrosas, asustadas…

Ahí de rodillas el sacerdote solo piensa en el mal necesario que fue pancho, entendido por unos, juzgado por otros.  ¿Qué es en realidad? ¿Héroe o demonio? No se sabe bien, el no lo sabe bien, pero lo que sí sabe es que de no ser por pancho, Superpancho, aún estaría ahí, ese malvado que pretende destruir todo a su alrededor, todo el archipiélago de pueblos, que uno a uno ha ido invadiendo el malvado.  Aquí está Pueblo Cántaro, lleno de claveles y melones podridos por todas partes, pero ¿que sería de este pueblo sin su Pancho?  El piensa que sería igual que Jeliscallo, que fue prácticamente borrado del mapa, si ahora mismo el Pueblo Cántaro cuenta con vecinos que vinieron de allí, escapando al espanto, pues no hubo un Supeprancho que enfrentara al villano….

Y ahí esta el cura escuchando la confesión, aunque ya el perdón esta dado, su corazón no puede mas que perdonarlo.  Observa a Pancho, frente a el, observa el frotamiento de sus manos, piensa que Pancho se preocupa de más, que Dios no puede castigar al que ha obrado como Pancho, pues era el o ellos, el pueblo o los malvados, y aquél que traicionase al pueblo merece igual castigo que los malvados.

El cura recuerda su infancia, infancia compartida con Pancho, jamás hubiera imaginado que un alma tan noble como la de Pancho pudiese ser capaz de tomar un arma y quitarle la vida a otros.  Pero también recuerda a la hijita de Pancho y su esposa, violadas y asesinadas por el malvado, en un momento en que este no estaba en su casa.  Precisamente un alma noble y justa como la de Pancho sería la que ante tanta injusticia tomaría su espada y enfrentaría el mal, para poder salvar otras almas, otras hijas y esposas, ya que no puedo hacerlo con las suyas.

Es un gran peso el de Pancho, ¿como juzgarlo? ¿como condenarlo? El cura no es capaz de hacer más que entenderlo, y aunque nunca estuvo de acuerdo con la violencia, lo vivido le ha mostrado que hay ocasiones en que solo con la violencia logramos justicia, o por lo menos detener a una violencia sin sentido, evitar así que destruya otro pueblo.

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